En mi taller de poesía habito el tiempo donde
aprendo de quienes desean convertir el lenguaje en trabajo, en descubrimiento,
en asombro, en una pieza amorfa de mármol que detenta la belleza. En mi espacio
no hay lecciones magistrales, sino ideas e intuiciones; es un laboratorio de
diálogos, que son puente entre lo concreto y lo abstracto, entre la palabra y
sus fonías, entre la creación y la vida.
Y es hermoso ver la forma en que las personas
con quienes comparto mi modo de ver la literatura y de escribirla, usan el mapa
que ofrezco para construir su propio lugar. Porque al final siempre se impone
la naturaleza de cada cual, su estilo, aunque sea aún latente o por atisbo
manifiesto, y ese es también mi objetivo: potenciar lo que ya hay, y de forma
ideal reforzarlo echando agua nueva al mar.
En esta reunión de textos, "Islas y
Puertos, Poemas y Relatos", se muestran giros de sensibilidades, visiones
y técnicas contrapuestas a veces, siempre diversas, en las que espero se note
el trabajo que hicimos juntos y quede algo de ello; algo que un enamorado de
las metáforas podría animarse a comparar con pisadas en la arena, yo en las de
ellos y viceversa.
Es fácil hablar y alentar la escritura de la
poesía con gente que la ama, la respeta o la corteja, porque las afinidades son
atajos y tengo la esperanza de que el viaje que hemos llevado a cabo juntos no
haya servido a sus pasajeros sólo para cambiar de lugar, sino también de
mirada.
Para mí ha sido un placer encontrarme con estas
mujeres y hombres que aceptaron embarcarse como parte de la tripulación de la
cultura, de la literatura, de la creación, de la poesía; una embarcación
siempre en peligro de naufragar, es decir, de ésas que valen la pena
arriesgarse a subir cuando se buscan emociones fuertes.
La mayoría de los talleristas enseñan con
herramientas propias, las que usan para crean sus versos. Nunca será mi
intención convertir los textos de otros en eco de mi voz. Mi tentativa es crear
voces propias, auténticas, honestas, mediante la lectura, la teoría, los
ejercicios, el trabajo individual de autocorrección y el espíritu colectivo,
pero, sobre todo, deseo motivar a quienes habitan mis talleres a la necesidad
de publicar y de tener lectores. Basta con un lector o una lectora, que lea las
palabras que se quieren compartir. Los lectores son oro puro, hay que
buscarlos. Eso depende sólo de ustedes y de la efectividad de su impulso de
difusión, porque además de poetas deben ser promotores de su propia obra. El
tiempo dirá quiénes lograrán hacer que su botella lanzada al mar llegue a mayor
número de costas y a cuántas vidas cambiará su mensaje.
El destino nos concedió una tregua y tablas de
salvación, fue un compañero justo que no olvidó todo por lo que habíamos pasado
y que hoy sólo es recuerdo. Di marcha atrás, para tomar impulso y no rendirme,
porque no podía soportar el naufragio o el posible hundimiento del proyecto que
hoy, aquí, se materializa. Afronté de cara los errores y pagué por ellos, pero
cuando creí que no quedaba más qué hacer, el tiempo se detuvo en el apoyo
recibido.
Muchas gracias al equipo que hace posible que
estemos aquí presentando "Islas y Puertos, Poemas y Relatos": José
Mario De la Garza Marroquín, Alejandro Gómez y Gómez, Débora García Mendoza; a
Odín Patiño, Alba Martín e Isela, a todo el personal del Museo, gracias, por brindar
este espacio a nuestro puerto. A las y los autores, mi agradecimiento por la
confianza que depositaron en mí. A su nombre doy gracias al generoso y nutrido público
que nos acompaña.
Este día nos regala su noche para ver las
estrellas, las islas y el puerto que hoy nos desembarca. Pero, siempre próximo
está el sol que nos mira salir de nuevo a la mar. Que la vida nos siga
construyendo con la Palabra en la Poesía.
Ana, Martha, Carlos, Mabel, María, Guillermo,
Antonieta, sigan creando. En esta vocación de poeta nunca se deja de aprender,
a ninguna edad ni por muchos libros que se hayan publicado.
¡Muchas felicidades!
Reciban un fuerte aplauso.
¡Gocen esta fiesta!
Margarita Díaz de León Ibarra
Literatura EnEspiral
Texto leído en el Museo Francisco Cossío.
San Luis Potosí, 30 de mayo de 2023.