Blanca es la fantasía, torcida en lo negro del
sentido. Henn Kim (Ulsan, Corea del Sur, 1982) es un fenómeno en Instagram (más
de un millón de seguidores), porque convierte los sustantivos abstractos -de
los tópicos líricos- en reflexiones sobre nosotras mismas, nuestras relaciones
con los demás y con el mundo.
Su protagonista gráfica es una mujer despojada
de la identidad que otorga la prenda de vestir. Podría ser cualquiera de
nosotras.
Hundida en la tristeza, mirando la esperanza en
un cielo estrellado, flotando en el universo, quebrada, levantada, leyendo,
viviendo… a una mujer no le bastan las palabras. Porque el lenguaje no es
eficaz, para expresar las tonalidades y la profundidad de las emociones.
Hay temas predominantes: el amor y desamor, los
efectos de la lectura, lo cotidiano que nos consume, el extremo de mirar el
mundo con la claridad mental suficiente, para huir de situaciones dañinas.
Porque el amor duele.
Su poesía gráfica tiene mucho de Freud: el malestar
en la cultura, la interpretación de los sueños, duelo y melancolía. El peso en
el último: el yo despojado de sí mismo. La cancelación del mundo exterior potencia
la fantasía. La incapacidad para sentirse amada, el autorreproche. No es una
mujer dolida (no está en duelo), es una mujer empobrecida de su propio yo. Está
consciente de la pérdida, pero no de lo que ha perdido en ella.
Un delirio de insignificancia alimentado por el
insomnio, la falta de apetito y el desfallecimiento en llanto, son el collage.
¿Por qué a Henn Kim le apasiona la melancolía? Quizá
porque es el estado psicológico que revierte el lenguaje hacia el yo. No puede
exteriorizarse. El corazón roto, la tristeza, el desencanto, el dolor, se habla
así mismo. Es silencio trazado en el negro. Es la belleza de la pena mirándose al
espejo.
No estamos rotas, es el sistema el que nos
rompe.
De mi autoría el Poema 29 de “Falda al Viento
ArteFacto Poético”
Esperamos lo suficiente
para que los versos del amor fueran la
mueca de la tragedia
Entre párodo y éxodo
el coro inmortal danza el fatum
dos cuerpos
sin líneas definibles
en inicio
sucumben punteados
en final
Como la grata ofrenda sagrada en el altar
hundes la doble hacha en mí
tú también agonizas
mi dolor es tu herida, ¿sabes?
¿Te duele?
sobre quien lastima pesa la sangre
*
Presagio autocumplido
el tornado convierte la caricia en golpe
el miedo, el insomnio, la pesadilla
sin salvación el naufragio
en el choque del amor
el engaño de la sublimación
despliega el drama del fluir de la
conciencia
amalgama de comedia romántica con novelita
sentimental
del felices para siempre
a la vida difícil de amantes y enemigos
*
No fuiste el amor de mi vida ni de cuatro
estaciones
ni el relicario del yerro lavado con
líquidos de pasión
sólo el ritual impostado del lugar común
Dormí contigo en trescientas estrellas
en tu pieza de sonido a mar
con su abisal en el olfato
para saciar tus crepúsculos ansiosos
con tu taza que es mi boca
con la falsedad del cliché
del tiempo cancelado
Pobre chica ingenua, fui
encerrada en tu sótano con protección
acústica
pisoteada mi voz por los pasos de arriba
Valiente mujer la que descubre
que la luz es también un hoyo negro
que el amor es maquinista del tren sin
destino
perdido en la juntura de los rieles
*
No te detengas nunca más frente a mi
puerta
que delante de mí
el amor no te sostenga