sábado, 3 de septiembre de 2022

Poesía gráfica de la melancolía

 

Blanca es la fantasía, torcida en lo negro del sentido. Henn Kim (Ulsan, Corea del Sur, 1982) es un fenómeno en Instagram (más de un millón de seguidores), porque convierte los sustantivos abstractos -de los tópicos líricos- en reflexiones sobre nosotras mismas, nuestras relaciones con los demás y con el mundo.

 

Su protagonista gráfica es una mujer despojada de la identidad que otorga la prenda de vestir. Podría ser cualquiera de nosotras.

 

Hundida en la tristeza, mirando la esperanza en un cielo estrellado, flotando en el universo, quebrada, levantada, leyendo, viviendo… a una mujer no le bastan las palabras. Porque el lenguaje no es eficaz, para expresar las tonalidades y la profundidad de las emociones.

 

Hay temas predominantes: el amor y desamor, los efectos de la lectura, lo cotidiano que nos consume, el extremo de mirar el mundo con la claridad mental suficiente, para huir de situaciones dañinas.

 

Porque el amor duele.

 

Su poesía gráfica tiene mucho de Freud: el malestar en la cultura, la interpretación de los sueños, duelo y melancolía. El peso en el último: el yo despojado de sí mismo. La cancelación del mundo exterior potencia la fantasía. La incapacidad para sentirse amada, el autorreproche. No es una mujer dolida (no está en duelo), es una mujer empobrecida de su propio yo. Está consciente de la pérdida, pero no de lo que ha perdido en ella.

 

Un delirio de insignificancia alimentado por el insomnio, la falta de apetito y el desfallecimiento en llanto, son el collage.

 

¿Por qué a Henn Kim le apasiona la melancolía? Quizá porque es el estado psicológico que revierte el lenguaje hacia el yo. No puede exteriorizarse. El corazón roto, la tristeza, el desencanto, el dolor, se habla así mismo. Es silencio trazado en el negro. Es la belleza de la pena mirándose al espejo.

 

No estamos rotas, es el sistema el que nos rompe.


De mi autoría el Poema 29 de “Falda al Viento ArteFacto Poético”

Esperamos lo suficiente

para que los versos del amor fueran la mueca de la tragedia

Entre párodo y éxodo

el coro inmortal danza el fatum

dos cuerpos

sin líneas definibles

en inicio

sucumben punteados

en final


Como la grata ofrenda sagrada en el altar

hundes la doble hacha en mí

tú también agonizas

mi dolor es tu herida, ¿sabes?

¿Te duele?

sobre quien lastima pesa la sangre

*

Presagio autocumplido

el tornado convierte la caricia en golpe

el miedo, el insomnio, la pesadilla

sin salvación el naufragio

en el choque del amor

el engaño de la sublimación

despliega el drama del fluir de la conciencia

amalgama de comedia romántica con novelita sentimental

del felices para siempre

a la vida difícil de amantes y enemigos

*

No fuiste el amor de mi vida ni de cuatro estaciones

ni el relicario del yerro lavado con líquidos de pasión

sólo el ritual impostado del lugar común


Dormí contigo en trescientas estrellas

en tu pieza de sonido a mar

con su abisal en el olfato

para saciar tus crepúsculos ansiosos

con tu taza que es mi boca

con la falsedad del cliché

del tiempo cancelado


Pobre chica ingenua, fui

encerrada en tu sótano con protección acústica

pisoteada mi voz por los pasos de arriba

Valiente mujer la que descubre

que la luz es también un hoyo negro

que el amor es maquinista del tren sin destino

perdido en la juntura de los rieles

*

No te detengas nunca más frente a mi puerta

que delante de mí

el amor no te sostenga






Día Internacional del Libro: Idea Vilariño

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