viernes, 30 de diciembre de 2022

Escritura y seducción

 

Los libros me atraen desde que tuve uso de razón. La anécdota familiar es que mi padre me daba una brocha para sacar el polvo del lomo de cada libro, como si fuera un cuerpo que ansía respirar.

Hay gente que imagina la escritura tocada por las musas en la matriz de un estudio, parida por la genialidad. No, no es así. Nace en la soledad y en la inseguridad de si escribir, de si lo que se está escribiendo vale la pena o no.

Hay cosas muy duras en el oficio de escribir. Porque se puede escribir desde cualquier punto de vista, pero hay que hacerlo bien.

Lo que yo quisiera lograr es hospedar en mis poemarios más sentimientos que pensamiento, para que entre el lector y quede atrapado por ellos. Fantaseo que mis poemas son tejidos, texturas con hilos que sujetan la mirada. Por eso me queda claro, que escribo con la intención de seducir.

Para mí la escritura es un trabajo duro, que no me hace especial, sino que me ayuda a comprenderme, a entender a quien está a mi lado, a mimetizarme un poco con la gente, con lo que veo, con lo que me rodea.

Escribir cada uno de mis libros ha sido una experiencia vital. Me han enseñado a escribir para su propio universo.  Me han enseñado a exponerme y la honestidad que cada palabra reclama.

Cada uno de mis poemarios es para mí algo extraordinario, por el hecho de que existen. Sin embargo, con mucho que mejorarles. Por eso después de publicados quisiera que desaparecieran y volver a escribirlos. Quisiera meter más los dedos en el tema del deseo y del dolor femenino y sanar a una sociedad que ha sido incapaz de crear nuevas formas de amar.






Día Internacional del Libro: Idea Vilariño

  “Poemas de amor”, de Idea Vilariño, es un poemario publicado en 1957. Los poemas ahí integrados lindan con su “Nocturnos” anterior, hondos...